UN MUNDO PARA POCOS
Hace muchos años vi una película en la cual se mostraba un mundo destrozado por las guerras. Los ricos y poderosos, una ínfima minoría, vivían atrincherados en lugares muy seguros, atesorando sus riquezas y defendiéndose de cualquier ataque externo con armas muy poderosas que solo ellos podían comprar. Por otro lado, los pobres, una gran mayoría, se refugiaban en cuevas subterráneas en los suburbios de las ciudades y su único objetivo era conseguir alimentos para poder subsistir.
Si ése es el mundo futuro que nos interesa, vamos por buen camino.
Si pensamos en un mundo “para todos”, como debería ser, habrá que trabajar culturalmente sobre una gran parte de la clase media y algunas porciones de pobres desinformados.
Es lógico que Francia tenga que elegir entre un neoliberal y una representante de la ultraderecha mas rancia..?? La misma Francia que produjo el Mayo del 68 y antes la revolución que barrió con toda la realeza que los oprimía. “Libertad, Igualdad, Fraternidad”.
Se llega a estas instancias cuando se pierde el equilibrio cultural que nos ayuda a discernir qué es lo que mas nos conviene votar para estar bien.
Una gran porción de la clase media siempre aspira pertenecer a la clase alta, aunque íntimamente sepa que nunca podrá, y por lo tanto piensa en función de ese deseo. No termina de entender cuál es su lugar en la sociedad. Cuando tiene un gobierno que la ayuda a crecer, de inmediato, ningunea al pobre y vota a la derecha eclipsada por las fantasías que ésta le propone. Cuando ve disminuir su poder adquisitivo y teme caer en la pobreza, vota con el bolsillo a un gobierno popular. Es fluctuante y desequilibra cualquier pronóstico electoral.
Y otro grupo, menor, que contribuye a los triunfos de partidos conservadores, son los pobres desinformados. Existen muchos jubilados desencantados por lo que cobran, en todas las épocas, y trabajadores calificados que se posicionan bien y llegan a realizar paros por el impuesto a las ganacias (tremendamente injusto). Cuando se dejan seducir por la derecha pierden la noción de equilibrio, no evalúan lo abtenido y votan contra sus propios intereses. El resultado es mucho peor: congelan las jubilaciones y quedan miles de trabajadores en la calle.
Los tiempos de crisis extremas que estamos viviendo deberían servir a los ciudadanos pensantes y sufrientes para ayudar, con su prédica, a aquéllos que no logran darse cuenta qué es lo que mas los favorece. Cuál es el plan de gobierno, cualquiera sea el color político, que mejor se acomoda a los intereses de las mayorías.
Ojalá estemos a tiempo, para que las fotos dramáticas no se repitan.